¿Quién, si yo gritara, me escucharía desde los órdenes angélicos?
Y suponiendo que un ángel de pronto me tomase contra su corazón: me extinguiría ante su existencia más fuerte.
Porque lo bello no es sino el comienzo de lo terrible,que todavía podemos soportar y admiramos tanto,pues impasible desdeña destruirnos.
Todo ángel es terrible.
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