30.3.06

¿dónde está el sentido común? ¿dónde la responsabilidad social?

Hoy me levanto con taquicardia... tuve una pesadilla:

Había Duquesas por doquier... (de esas de Lewis Carroll... las que educan críos de tal modo que terminan convirtiéndose en cerdos...) Estaban como gallinas corriendo de un sitio a otro... cacareando frases ininteligibles... liberando a sus productos... lanzándolos como papalotes... pasando las correas a otros...
Pero éstas eran muy largas y, los pobres cerdos, aburridos, se iban a sentar sin pena a curules del Senado... a Sillas Presidenciales.

Dios quiera que no aprueben la Ley Televisa...

Dios... ¿ya andas en horas de trabajo?...

describe un círculo... después acarícialo, y se convertirá en un círculo vicioso...

Ionesco tenía esa habilidad: la de escupir realidades. Hacerlo directo arriba del rostro y unos cuantos centímetros hacia dentro... darse la vuelta y dejarte pensando si tal vez fuera hora de dejar de ver en tu espejo a Linus. De guardar tu mantita. Quizás de destruirla.

Y a propósito de la colación de esta frase circular en los cajones primarios de mi gaveta mnemotécnica... de cosas de cambio y de estática... hablemos de la Dinámica de la Inercia Mental... esa que nos hace andar por las mismas rutas y cometiendo los mismos errores una y otra vez.

Es que el acto de introspección tiene sus vericuetos. Problemas técnicos: es hecho por individuos que poseen una serie de esquemas referenciales que bien pueden llenar de sesgos toda conclusión a la que llegan y, así, eso de la autorreflexión declarada, lleva consigo un cierto dejo de inocencia perversa. El riesgo del autoengaño y de estar sólo dando vueltas.

Inercia.

Pero no creo que no haya salida. Ni que las alternativas sean sólo tangenciales.

Ese Oscar Wilde sí que era mordaz, y propone la enunciación de otra verdad: "No te reconozco... he cambiado mucho..." ¡¡¡Mierda!!! Se necesita valor para aceptarlo. El cambio propio como inevitable, el cambio ajeno por igual, la variabilidad de percepciones a partir de esto, la vulnerabilidad de la realidad... y que todo sucede aún sin nuestra conciencia... y las más grandes amenazas casi nunca provienen del exterior.

Que si un día nos levantamos y el gato que vive en casa parece tener otro color, debe ser en parte eso... y en parte que lo hemos visto con otros ojos. Y que si logramos mirarnos, veremos cómo también nosotros hemos adquirido nuevos matices.

Que no tiene caso desear volver a un punto anterior en la historia de nuestra vida.

Que hoy quiero creer un momento en Cortázar, y repito con fe sus palabras: "Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo..."

23.3.06

frenesí (o la autojustificación)

¿Por qué sustraerse de la tentación vehemente de postear en un blog que pueda constituir un espacio público para verter cuanta idea absurda pase por nuestras trastocadas y perversas mentecitas? (nótese el uso de los tecnicismos ad-hoc... ya saben, para estar a la altura de las circunstancias...)
He visto cómo en ellos se crean redes verdaderamente interesantes entre seres que en lo virtual establecen comunicación muchas veces más efectiva que en lo real... así que no puedo menos que aventurarme a iniciar "Mi Primer, Propio y Querido Blog..." que en verdad no pretende ser como un diario a la vieja usanza púber (en lo cual no tengo experiencia, pues la falta de voluntad impidió que se me ocurriera siquiera comenzar alguna vez uno)... sino un recinto bellamente decodificado desde el código binario hasta la
"amigable interfaz", que no teme a ser profanado y, al contrario, se ofrece gustoso a todo ultraje ideológico subversivo.

Así que, sin más pretexto que el descrito anteriormente... heme aquí, a las 3:23 de esta cálida madrugada de inicio de primavera...
(¡¡¡claro!!! ...la primavera... los pajarillos, el regodeo reproductivo, la lluvia que refresca y da vida -mientras no sea ácida- , las jacarandas con su púrpura floreciente, las higueras que se des-maldicen... ellos deben ser los responsables de este entusiasmo tecnológico que desconocía en mí...)
...cerrando la última línea de esta primera entrada del que, desde ahora y en lo sucesivo, será mi pequeño espacio hegemónico... (¡oh! las delicias del poder...)