Lo intenté de verdad, pero no pude...
Escribir las letras exactas que describieran con la mínima cercanía a la realidad posible, mi "cómo fue" de ese día... de haber estado allí dentro sintiendo -más que escuchando- sin el estéreo como intermediario (amplificadores, bocinas y micrófonos en este caso no cuentan), a la banda que sin más, en los últimos años se ha convertido en el soundtrack pluscuamperfecto de no pocos instantes de vida, de esos que son fundamentales para la reconstrucción de mi historia y una remotamente acercada comprensión de la misma... pues pareciera que las canciones hubiesen sido escritas porque sabían que las necesitaría para traducir eso que de otro modo y con todo y la magnífica elocuencia (sí, claro) no habría podido expresar. Además de que, per sé, son la condensación de las ondas sonoras más acertadamente tejidas y dispuestas para entrar por cada poro de mi piel y generar un amplísimo crisol de emociones, muchas veces las más complicadas... mientras por la otra vía, la de mis oídos que llevan cada nota a algún lugar donde se concentran y anclan... lo más atinado que podría decir es que significan casi siempre un verdadero shock y la revelación de la más pura sincronicidad...
Aunado al "plus" de otra banda que, por un lado, me provoca total orgullo ajeno (porque no soy la que canta o está trepada en el escenario con un bajo, guitarra o ya de perdida un triángulo -con el respeto que merece tan digno instrumento- ...y se me hace como cuando decimos "¡a hueevo! le ganamos a la Selección "x" en el fútbol..." ¿ajá? y de seguro te cansaste harto ahí corriendo y metiendo goles, ¿nooo?) pero bien propio, por ser prueba fehaciente de que en nuestro país por supuesto que existen talentos talla EG, y este mundo globalizado con sus artilugios y plataformas -si sabes aprovecharlo- te ofrece la oportunidad de llegar a horizontes que quizás de otro modo sería muy complicado que pudieras alcanzar... y por otro, una total admiración al personaje de cuya mente surgió como proyecto que ahora es una realidad de gira por múltiples espacios de nuestro Globo (admiración que inicialmente sentí por empatía con la de aquél que me lo presentara en sus otros proyectos, pero que ahora es totalmente genuina).
Y lo intenté. Y mientras más lo pensaba, más lejos quedaban las palabras de la verdadera sensación. No quise dejarlo así... entonces cerré los ojos y recordé. Y para cuando, después de no sé cuántos minutos, horas o infinitos, los abrí de nuevo, las palabras sólo dijeron: "lo siento... creo que no seremos suficientes..."
Peor aún, al recordar historias (de las que me sé algunas) de personas que habían esperado la mitad de su vida para poder estar frente a ellos... me sentí terriblemente blasfema.
Y aunque finalmente no lo borré, remito al lector ocasional que pasare por aquí, a mis escenarios de complicidad y a que sigan las rutas a través de los comentarios. Es mi forma de expiación, claro, pero también todo un placer, leer los vivenciares que estos señores provocaron en cada alma de las que estuvimos allí.
[Si no deseara compartirlo habría optado por, de verdad, no escribir nada al respecto... salvo algunas mentiras piadosas]